Fernando Reyes Matta

¿Se está durmiendo Unasur?

Fernando Reyes Matta

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Viernes 22 de agosto de 2014 a las 05:00 hrs.
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No ha sido un buen signo la suspensión de la Cumbre de Unasur que debía tener lugar esta semana. Las razones no fueron claras y sólo se supo que el anfitrión, Uruguay, comunicó la decisión tras recibir la sugerencia de diversos mandatarios de correr el encuentro para octubre.

Más allá de la circunstancia, se siente que hay algo más de fondo. Pareciera que -como ha ocurrido con otros organismos creados para impulsar un buen marco político a la integración regional- Unasur se estuviera quedando en el camino. La paradoja es que ello ocurre cuando se está designando al ex presidente Ernesto Samper, de Colombia, como secretario ejecutivo de la entidad y el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, muestra con orgullo el nuevo edificio destinado a cobijar la sede de Unasur en Quito.

¿Se ha quebrajado la voluntad política que Lula, la propia presidenta Bachelet, Chávez, Correa, Kirchner y otros pusieron en esta agrupación? Hay muchos que así lo ven, no obstante el papel que Unasur (y Chile en especial) jugó este año para juntar a las partes en la crisis de Venezuela y abrir espacio al diálogo político.

Cuando en 2008 se creó la entidad hubo entusiasmo: se trataba de practicar las concordancias entre modelos políticos diversos, pero que asumían la responsabilidad de actuar sin injerencias externas ante las crisis regionales. Además, consolidar un perfil común para hablar con otras regiones del globo.

Por eso se actuó con prontitud (y digamos fraternidad regional) ante situaciones como el conflicto político profundo en Bolivia ese 2008; la mediación implícita en las relaciones complejas entre Colombia y Venezuela; el intento de golpe de Estado en Ecuador en 2010 y la decisión de suspender temporalmente a Paraguay tras el derrocamiento del presidente Lugo, en 2012. Y está la creación de los consejos sudamericanos, entre los cuales uno de los más trascendentes en relación al futuro es el Consejo Sudamericano de Defensa.

Algunos sienten que con el surgimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, la Celac, todo queda instalado allí para las relaciones desde este continente con otras regiones o potencias, como la reunión de cancilleres de Celac con China en los inicios del 2015. Pero se trata de tareas distintas.

La América del Sur tiene desafíos propios. Pongamos la imaginación en el futuro. Si se piensa en agua y las demandas globales que vendrán, América del Sur tiene recursos de importancia mundial como el caudaloso río Amazonas, el acuífero Guaraní y el mayor humedal del agua dulce del planeta, el Pantanal, más las reservas enormes de los hielos del sur de Argentina y Chile. Si se habla de especies naturales América del Sur contiene más del 40% de las especies de plantas y animales del mundo, en un área menor al 15% de la superficie de la tierra. Aquí están las grandes reservas de petróleo, donde Venezuela tiene prioridad mundial; están los grandes yacimientos de hierro en Brasil y las reservas de cobre que hacen de Chile productor global numero uno.

Es un sub-continente ubicado en medio del Atlántico y el Pacífico, lo cual determina condiciones geopolíticas singulares para actuar con visión común hacia uno y otro océano. Es la idea que Chile ha colocado cuando habla de la Alianza del Pacífico: esta será más determinante si es puente de Brasil y Argentina en sus vínculos con el Asia-Pacífico. Como también es región situada frente a África, donde cabe colocar los ojos pensando en el largo plazo, donde fuerzas nuevas ya emergen. Por eso, el futuro de Unasur no es tema menor para Chile.

Unasur es válida como espacio de coordinación política, pero necesita impregnarse de un espíritu mayor: “pensar juntos”. La gente, especialmente los jóvenes, van y vienen entre nuestros países: ellos están tejiendo interrelaciones nuevas. Hay que reponerle entusiasmo a este acuerdo, pensando en el largo plazo. Poco a poco la mirada debe aprender a ser del siglo XXI, dejando atrás litigios que vienen del pasado.

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